El nuevo buque insignia de la casa nipona ha agotado todas las existencias antes incluso de salir al mercado. La compañía pide disculpas.
No es la primera vez que un fabricante de cámaras lanza un producto nuevo que causa sensación. Tampoco es la primera vez que un fabricante agota la primera remesa de unidades de esa nueva cámara nada más salir al mercado. Lo que no se suele dar muy a menudo es que se vendan todas las unidades de una primera remesa antes siquiera de que la cámara llegue a los escaparates de las tiendas.
Esto es justo lo que le ha ocurrido a Nikon con su último lanzamiento, la Nikon D850, el nuevo buque insignia de su gama profesional; y que viene a relevar a la Nikon D810 que tantas buenas críticas cosechó tras su lanzamiento en verano de 2014. La nueva cámara, que estrena un nuevo sensor de 45 megapixeles, ha causado tanto furor que la primera remesa se ha agotado antes incluso de que se haya puesto a la venta. Nikon, en respuesta, lanzaba esta semana un comunicado a sus consumidores pidiendo disculpas:
Disculpa y aviso de entrega de “Nikon D850”
28 de agosto, 2017
Muchas gracias por
Muchas gracias por su patrocinio continuo de los productos de Nikon.
Hemos recibido un montón de reservas para la cámara digital réflex “Nikon D850”, cuyo lanzamiento está previsto para el próximo viernes, 8 de septiembre de 2017. Por lo tanto, Aun tenemos tiempo para realizar los envíos del producto.
Nos disculpamos por causar molestias graves a las partes interesadas, incluidos los clientes que esperan los productos.
Es posible que algunos de los clientes que ya han realizado sus reservas del producto no puedan recibirlo a tiempo. Por consiguiente, esto también afectará a las clientes que reserven una Nikon D850 en un futuro próximo, por lo que también podrían llegar a recibir el pedido con retraso.
Haremos todo lo posible para entregarlo lo antes posible y agradecemos de antemano su comprensión.
Un mal año para Nikon
La noticia sobre el sold out de la Nikon D850 no podría llegar en un mejor momento para la marca nipona, que en el último año no ha tenido otra cosa más que malas noticias. El pasado mes de febrero la compañía anunciaba una caída de su valor en bolsa de un 15%, la mayor de su historia, debido a una serie de pérdidas producidas durante los nueve últimos meses del año 2016. En consecuencia, la empresa japonesa se vio obligada a cancelar un proyecto para una nueva gama de cámaras compactas y a despedir a 1.000 empleados para poder equilibrar sus cuentas.
Last modified: 1 septiembre, 2017